La alergia al níquel está mediada por un mecanismo de hipersensibilidad tipo 4, con inflamación producida por liberación de mediadores directamente por los linfocitos. Los síntomas más frecuentes son la producción de eccemas en la zona de contacto con los metales (bisutería, metales de cierres de ropa interior, etc.).
La mejor manera de prevenirla es evitando el contacto con estos metales, y una vez aparecida, con corticosteroides (corticoides) aplicados localmente a corto plazo. Aunque los síntomas desaparezcan y la alergia parezca remitir, la naturaleza de la sensibilización es crónica, con épocas de más o menos tolerancia.